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A pesar de que el ser humano puede vivir en diferentes partes del planeta con diferentes temperaturas y ambientes, es considerado en su mayoría como un animal tropical, porque a pesar de que existen adaptaciones en un ambiente frio, la conservación del calor representa en su mayoría cambios conductuales, como abrigarse y en general buscar lugares cálidos.
La termorregulación corporal es un proceso muy complejo, pero tenemos la capacidad de contrarrestar los efectos de un exceso de calor con diferente mecanismo, ayudados por el ambiente para poder mantener estable nuestro calor corporal y no sufrir ningún inconveniente.
Pero cuando el ambiente es frio la situación es un
tanto distinta; mecanismos para la conservación del calor se echan a andar,
pero pueden llegar a tener una menor eficacia para conservar el calor
corporal.
En un ambiente frio, no solo la temperatura es el
único factor para determinar la perdida de calor corporal, al igual que en el
calor intervienen la humedad y el viento, por lo que entre mayor sea la
velocidad del viento mayor será la perdida de calor por convección, si tenemos
contacto con el agua la perdida de calor puede acelerarse hasta 26 veces y más
aún si el agua que rodea al cuerpo se encuentra en movimiento.
Con la actividad física esta pérdida de calor en un ambiente frio es compensada por una producción de energía calorífica gracias al mismo movimiento y tono muscular.
Adaptaciones conductuales y fisiológicas
Entre menor sea la temperatura y exista un mayor
gradiente entre la temperatura corporal y el ambiente, mayor será la velocidad
de perdida de calor corporal, para lo que el cuerpo presenta
diferente mecanismo para la retención del calor, como son: la vasoconstricción
periférica, la termogénesis sin temblores y los temblores o escalofríos, todos
estos se presentan en el orden en que se mencionan.
En términos conductuales cuando no hay actividad
física, la primera reacción ante una acelerada perdida de calor, es
exponer la menor cantidad de superficie corporal al ambiente o acurrucándose.
Dejando de lado las acciones conductuales, el vaso constricción es el primer mecanismo de acción para la retención de calor, ocurre por la estimulación simpática del musculo liso; genera una menor irrigación sanguínea hacia la superficie corporal disminuyendo la perdida de calor. Cuando este mecanismo es insuficiente comienza la termogénesis sin temblores, causando por el aumento del metabolismo corporal derivado de la acción de varias hormonas como la liberación de tiroxina por parte de la glándula tiroides.
La última línea de defensa contra el frio es la
producción de calor a través de los temblores, siendo estos ciclos de
contracción y relajación muscular no controladas, ayudando de esta manera en
una mayor producción de calor.
Pero el cuerpo humano también tiene por sí mismo
otra línea de defensa, la grasa, además de ser depósitos de energía su función
es protectora y aislante, por lo que a mayor cantidad de grasa corporal
menor será la perdida de calor, de esta manera las personas con mayor cantidad
de grasa subcutánea presentan una ventaja ante un clima frio en comparación con
quienes tienen bajos niveles de grasa, por este motivo las mujeres
suelen presentar mejor tolerancia al frio que los hombres.
Hablando de ventajas y desventajas para conservar el calor corporal, es importante tener en cuenta que la masa con relación a la superficie expuesta al ambiente es un punto clave, por lo que a mayor masa con relación a la superficie se podrá mantener una mayor temperatura, al respecto, los niños presentan más superficie que masa por lo que son más vulnerables a las temperaturas bajas.
Entrenamiento en un clima frío
La práctica de la actividad física en un ambiente
frio no solo dificulta la capacidad de nuestro cuerpo para mantener su
calor, también representa otro tipo de problemas, por ejemplo, se
reduce la velocidad de trasmisión neural y la disminución de irrigación
sanguínea a las extremidades, derivando en una pérdida de destreza,
afectando a deportes donde la destreza manual es fundamental como aventar o
recibir un balón.
Gracias a la disminución neural, el musculo
esquelético se contrae con menor intensidad, disminuyendo la fuerza
máxima que se puede generar, como en la velocidad de algún movimiento en
específico, lo cual llega a ser cada vez más notorio cuando la temperatura
corporal va disminuyendo.
Aclimatación
Al igual que a temperaturas altas, la exposición prolongada al frio genera adaptaciones con el tiempo, aunque no se conoce con exactitud el tiempo necesario, se estima que en un periodo de 7 días el cuerpo se ha adaptado, dentro de estas adaptaciones se encuentra que la disminución de la temperatura cutánea debe ser menor para comenzar los temblores, debido al aumento en la termogénica corporal sin temblores producto del aumento de la secreción de noradrenalina.
Este aumento dé la producción de calor corporal por
el metabolismo ayuda a que exista una temperatura media más alta en los pies y
las manos, producto de una mayor irrigación sanguínea, disminuyendo de
esta manera la destreza que se puede perder en estos segmentos corporales a
causa del frio.
Si uno se expone a un ambiente muy frio todos estos mecanismo y adaptaciones no logran nivelar la perdida de calor corporal y mantener estable el organismo, en estos casos pudiéndose llegar a la hipotermia.
Hipotermia
La hipotermia ocurre cuando nuestra temperatura
central es inferior a los 35°C, recordemos que nuestro cuerpo busca mantener
una temperatura constante alrededor de los 36 a 37°C, al disminuir de los
34.5°C nuestro hipotálamo que se encarga de regular la temperatura comienza a
fallar. Esta función queda completamente deshabilitada cuando la temperatura
interna disminuye a los 29.5°C.
Una muy baja temperatura corporal afecta también al nódulo sinoauricular, encargado de la regulación de la frecuencia cardiaca, pudiendo causar un paro cardiaco, la hipotermia a pesar de ser el mayor problema por su posible letalidad, no es el único que puede atentar a la integridad física.
Necrosis por el frío en el deporte
El congelamiento de algunas extremidades o parte de
la piel también es un problema cuando de temperaturas extremadamente bajas se
habla, se presenta en mayor medida en escaladores de grandes montañas, donde,
si la piel es expuesta al ambiente, pueden perderse dedos, la nariz, incluso
las orejas, producto de la vasoconstricción que prácticamente anula la
irrigación sanguínea y por consiguiente de nutrientes, causando una necrosis
del tejido.
Para que esto ocurra la exposición de los
dedos, las manos o las orejas debe ser por debajo de una temperatura inferior a
los -29°C. Situación poco habitual en deportes invernales, pero con
recurrencia en alpinismo de grandes montañas.
A pesar de que en la mayoría de los deportes es prácticamente nulo que se presente una situación de este tipo, con temperaturas extremadamente bajas, es indispensable conocer a lo que se puede enfrentar el cuerpo, por lo menos ante una disminución de la temperatura ambiente y por lo tanto corporal; cuando se trasladan para competir a un lugar distinto al acostumbrado.
Con esta última entrada o articulo finalizamos este
conocimiento básico sobre la regulación corporal y la actividad física. Esperamos que te sea de mucha utilidad y si no leíste los demás te los
dejamos a continuación.
Referencias y bibliografía
recomendada
- K. Powers, S., & T. Howley, E. (2014). Fisiología del Ejercicio . Paidotribo.
- Kenney, L., Wilmore, J., & Costill, D. (2014). Fisiología del Deporte y el Ejercicio (5 ed.). Médica Panamerica.
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